
Por Redacción | 30 de abril de 2025 | Morelia, Michoacán
En una fecha destinada tradicionalmente a la celebración, la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer) propone un cambio de enfoque: más allá de los festejos, el Día de la Niña y el Niño debe ser una jornada de reflexión, compromiso y acción por la dignidad y los derechos de las infancias.
Este 30 de abril, Seimujer subraya que el abandono económico también es violencia, y por ello celebra la entrada en vigor de una reforma sin precedentes en Michoacán: a partir de ahora, quienes aparezcan en el Registro de Deudores Alimentarios no podrán acceder a cargos de elección popular, licencias administrativas ni a puestos en el servicio público. La medida, impulsada con el respaldo de la Colectiva Deudores Alimentarios Michoacán, marca un punto de inflexión en la protección de los derechos de niñas y niños.
“Hoy, quienes no cumplen con su obligación de alimentar y cuidar, ya no podrán ocupar espacios de representación. No puede representar a nadie quien ha fallado a sus propios hijos”, afirmó la titular de Seimujer, Alejandra Anguiano González.
Con esta reforma, Michoacán se coloca a la vanguardia en materia de justicia para las infancias, reconociendo que la omisión también hiere, margina y priva a niños y niñas de oportunidades de desarrollo. Se trata no solo de castigar el incumplimiento, sino de enviar un mensaje firme: el bienestar infantil es prioritario y no puede quedar supeditado a intereses políticos o administrativos.
Anguiano González enfatizó que la defensa de los derechos de la niñez no puede ser simbólica ni estacional: debe traducirse en acciones concretas que transformen sus realidades. Desde Seimujer se han impulsado programas y campañas que atienden las distintas formas de violencia que enfrentan las infancias, desde el trabajo y los embarazos infantiles, hasta la discriminación y el abandono.
“Cada niña y cada niño tiene derecho a vivir su infancia plenamente, a soñar, a jugar, a sentirse protegidos. Esta reforma es un acto de justicia que nos recuerda que la responsabilidad de cuidarles no es opcional, es un deber legal y ético que debemos seguir defendiendo”, concluyó la secretaria.
En el contexto actual, donde la deuda con las infancias sigue siendo profunda, esta reforma es también una oportunidad para repensar el tipo de sociedad que se quiere construir: una en la que ningún niño o niña crezca sintiéndose solo, invisibilizado o sin respaldo del Estado. En Michoacán, las infancias han comenzado a ser escuchadas.